Producida por George Clooney y Ben Affleck, también director y protagonista del largometraje, la historia que se cuenta en Argo ya merece, por sí misma, más de un premio. Era difícil contar un suceso tan singular y que la cosa saliera mal; y no es que queramos quitar mérito a su director, es que, realmente, lo que encandila de esta producción es su argumento, un suceso real que, por insólito, deja totalmente boquiabiertos a los espectadores.
Argo narra la historia de un grupo de trabajadores de la embajada norteamericana en Teherán que, tras las revueltas de 1979, se ven obligados a huir de sus puestos de trabajo, refugiándose en secreto en la casa del embajador de Canadá. Ante la dificultad para sacarles del país, el gobierno les pone en manos un experto en rescates (Ben Affeck), quien ideará un curioso plan para su escapada. Los fugitivos tendrán que hacerse pasar por un equipo de rodaje que busca escenarios para Argo, una cinta de Ciencia Ficción ambientada en el exótico Oriente.
Tan real como surrealista, esta historia, cuyo final no desvelaremos, por extraña que parezca, sucedió realmente. Y, pese a las protestas sobre ella, procedentes del gobierno iraní, ha recibido nada más y nada menos que tres Oscars: Mejor Película, Mejor Guión Adaptado y Mejor Montaje. Sin duda, hay que reconocerle a Ben Affleck el mérito por atreverse a narrar un Thriller Político totalmente grotesco, sin convertirlo en una pantomima y manteniendo la intriga y la tensión hasta el último minuto. Una película que, probablemente, no hay que perderse; pero que también puede defraudar: no es la clásica cinta que esperas ver ganando el Oscar a la Mejor Película.
