SOPA y PIPA

Durante la última semana, todos medios de comunicación se han hecho eco de las noticias más recientes sobre dos leyes norteamericanas -SOPA y PIPA- que en este momento están en el punto de mira de todos los internautas del mundo.

SOPA (Stop Online Piracy Act, es decir, “parar la piratería online”) y PIPA (Protect IP Act, que podría traducirse como “Protección de IP”) son dos leyes estadounidenses a través de las que se pretende luchar contra la piratería en la web. Los principales promotores de estas leyes los encontramos en la industria del entretenimiento; Hollywood ha apostado fuerte por sacar adelante una legislación que permitirá proteger la propiedad intelectual norteamericana y frenar la descarga ilegal de películas, series, videojuegos, imágenes…

SOPA y PIPA afectarían, por tanto, a portales que permiten la descarga o streaming (visualización de contenido de forma directa, al mismo tiempo que se descarga), como es el caso de Series Yonkis, Series Pepito o Roja Directa; pero también abre la veda para que el gobierno estadounidense pueda cerrar páginas o blogs privados si considera que sus contenidos son delictivos.

Y es que, si hubieran salido adelante; por una parte, no se podrá acceder a webs donde se facilite la descarga de contenidos de terceros -ni a ninguna de las páginas que se clasifiquen como “infractoras”- desde todo el territorio de Estados Unidos; pero, además, todas aquellas webs consideradas fraudulentas, si están alojadas en servidores estadounidenses, aunque estén registradas en otros países, serán susceptibles de ser cerradas o intervenidas. Por otro lado, quienes descarguen contenido ilegal, o lo alojen en la web, se podrán enfrentar a sanciones económicas e incluso penas de cárcel.

Las voces en contra no han tardado en escucharse, algunos portales como Wikipedia, Facebook, Twitter o Google ya han mostrado su descontento emprendiendo pequeñas guerras contra la estas leyes, a través de protestas formales o apagones sincronizados. Por su parte, el colectivo Anonymous no ha tardado en reaccionar y hace unos días lanzó una cadena de ataques dirigidos a algunas de las páginas webs más representativas del país, consiguiendo hackear incluso la del FBI o publicando enlaces a descargas directas de gran parte del catálogo de Sony.

Tras la sonada detención del creador de Megaupload -y el consiguiente cierre de muchas de las webs que permitían descargas de películas, música o series de televisión- todo parecía indicar que la Ley seguiría adelante; sin embargo, ha sucedido todo lo contrario y gracias a la presión de la opinión pública, la de colectivos como Anonymous y la de algunos de los portales más visitados de internet se ha conseguido que la Cámara de Representantes estadounidense paralice estos proyectos de ley. Uno de los mayores impulsores de SOPA-PIPA, el Senador demócrata Patrick Lehacy, no se lo ha tomado muy bien y ha declarado que “Llegará el día en que los senadores que han obligado a suspender la aprobación de la ley se den cuenta de que tuvieron una reacción instintiva ante un problema monumental”.

Quizá se haga esperar y tal vez no tenga el mismo nombre, pero es previsible que, de un modo u otro, una Ley similar a la propuesta termine por ser aprobada tanto en Estados Unidos como en otros países. No hay que olvidar que también nosotros tuvimos nuestra dosis de polémica al respecto con la llamada “Ley Sinde”. Ahora, sólo cabe esperar mientras nos preguntamos si estas reformas vulneran o no algunos derechos tan básicos como el de información, el de la libre comunicación o el de la libertad de expresión.

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