El scrapbooking es una disciplina que, aunque apenas se conoce en nuestro país, cada vez está ganando más adeptos. Lo cierto, es que su técnica aglutina variedad de métodos relacionados con las artes manuales y es, precisamente, esa diversidad la que lo hace irresistible: el scrapbooking engancha.
Literalmente, scrapbooking significa algo así como “álbum de recortes”. Practicarlo, consiste, por tanto, en crear libros para guardar imágenes, recuerdos o recortes; eso sí, de una forma única, personal, cuidada y muy delicada. En Estados Unidos, es una actividad muy comñun; incluso se imparten talleres que, poco a poco, también se están implantando en nuestro país. Cualquier elemento puede servir para decorar estas pequeñas obras de arte: cordones, botones, telas, papel… aunque éste último es, sin duda, el gran protagonista de esta técnica. Existen papeles estampados -geométricos, florales, de inspiración oriental…- que se venden en pequeñas cantidades, e incluso coordinados, para usarlos y hacer recortes para los álbumes de scrapbooking.
Otro material imprescindible en el ajuar de todo amante de esta técnica es la Washi Tape. Se trata de una suerte de papel celo decorado que proviene, principalmente, de Japón y korea. Se ha convertido en un elemento vital para el scrapbooking, pero lo cierto es que tiene múltiples usos: para envolver regalos, decorar cualquier cosa (desde botes a pinzas), hacer banderolas…
El scrapbooking es muy relajante, estimula la imaginación y, aunque pueda parecer lo contrario, fomenta las amistades. Existe una extensa comunidad de amantes de esta técnica que comparten su afición e incluso se reúnen para practicarla e intercambiar materiales. Sus accesorios son casi infinitos, incluso existen máquinas que recortan siluetas de papel, específicamente creadas para los seguidores de esta disciplina.
Es, además, una forma de mantener las manos y las mentes ágiles, de embellecer los recuerdos y compartirlos de una forma original y delicada.
