Hoy cumpliría 87 años, pero el destino y su ya cansado corazón quisieron que Sara Montiel nos dejara hace casi dos años. En el recuerdo de todos quedan películas como ”Locura de amor”, ”La violetera”, ”Carmen la de Ronda”, ”El último cuplé” o ”Veracruz” y es que ella fue mucho más que una actriz, fue una estrella y como tal brilla en el firmamento de las más grandes artistas que ha dado el cine español…
Guapa como pocas y con una ajetreada vida amorosa, Sara Montiel tuvo cuatro matrimonios (el primero con el director de cine Anthony Mann, el segundo con el industrial José Vicente Ramírez Olalla, su tercer esposo fue el periodista y empresario Pepe Tous, del que la actriz reconoce que fue el gran amor de su vida, y el último y más controvertido, con el cubano Tony Hernández que no llegó a un año) y un sinfín de romances adjudicados (el ilustre escritor Ernest Hemingway, el guapo actor James Dean, el poeta León Felipe, el historietista Miguel Mihura o el político Indalecio Prieto). No era de extrañar que los hombres cayeran rendidos a sus pies…
Tras cientos de premios por su dilatada carrera, Sara obtuvo varias medallas de oro, el reconocimiento de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, una estrella en el Paseo de la Fama de Madrid, fue nombrada ciudadana de Honor en Los Ángeles, galardonada con la llave de la ciudad de Nueva York, Miami y Chicago e incluso el Gobierno francés quiso entregarle a esta manchega de pro la medalla de la Orden de las Artes y las Letras. A Sara no se le ponía nada por delante y mucho menos la edad, por eso, a sus 81 años volvió a subirse a un escenario y grabó con Fangoria la exitosa canción ”Absolutamente”
Excéntrica y divertida, Sara supo sonreír a la vida, de ahí que autorizara sus memorias con el título de ”Vivir es un placer” o que decidiera protagonizar el anuncio de los premios ”MTV Europe Music Awards” parodiando su imagen de vieja gloria del cine mundial…
Espléndida la Montiel en todas sus facetas. Inmensa como lo es el firmamento en el brillará para siempre. Porque Sara lo tenía todo y por eso su recuerdo es inmortal.
