La mayoría de los españoles consideramos que la vista es nuestro sentido más valioso, sin embargo a la hora de hacernos revisiones periódicas no parece importarnos demasiado. Solamente 1 de cada 4 acudimos a una revisión oftalmológica anual y tan sólo un 8% lo hace sin que se lo indique su médico, unos datos alarmantes si tenemos en cuenta que según la ONCE, unos 4.000 españoles pierden la vista cada año.
Con los años, además, aumentamos las probabilidades de padecer cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina u otras enfermedades de los ojos que podríamos detectar con revisiones anuales. A partir de los 65 años la incidencia de enfermedades graves aumenta, por eso es muy importante localizarlas a tiempo para evitar una importante pérdida de visión.
Lo ideal cuando acudimos a la consulta de un oftalmólogo es que, a nuestra edad, nos haga un análisis en profundidad y no se limite a observar solo lo superficial. Un estudio de la tensión ocular, el fondo de ojo o un examen de agudeza visual son algunas pruebas imprescindibles para una buena evaluación de nuestros ojos.
Otra de las pruebas importantes para asegurarnos una vista de lince, es la medición. Para ello, debemos acudir a otro especialista de los ojos, el optometrista, y cambiar el cristal de nuestras gafas (si es que llevamos) siempre que sea necesario. Utilizar unas gafas mal graduadas puede dañarnos la vista tanto o más que si no las lleváramos. El 80% de las personas mayores llevamos una media de 8 años sin cambiar nuestras gafas porque consideramos que éste no es un asunto de primera necesidad, y es que, a veces no somos conscientes de que la mayor parte de información que procesamos y que obtenemos de todo lo que nos rodea es gracias a nuestros ojos, por eso cuidarlos debería ser más que una necesidad, una obligación.
[…] ¡Revisión a la vista! […]