Como ya hablábamos en artículos anteriores, desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) han publicado una guía de orientación nutricional para personas mayores. En ella han participado médicos y nutricionistas para encontrar respuestas sencillas a cuestiones relativas a nuestros hábitos alimenticios.

Los mayores, solo por el hecho de serlo, solemos tener más deficiencias nutricionales, ya que nuestros órganos digestivos no obtienen el máximo provecho de los alimentos como lo hacían cuando éramos más jóvenes. El consumo de medicamentos tampoco ayuda a una absorción correcta de los nutrientes.

Para compensar estas posibles deficiencias debemos incluir en nuestra compra:

1. Proteínas: es necesario comer proteínas todos los días. Las podemos encontrar en la carne, los productos lácteos, las nueces o en los guisantes y son el complemento perfecto y necesario de una dieta equilibrada.
2. Carbohidratos: son la fuente más importante de energía para nuestro cuerpo, ya que nuestro organismo convierte estos hidratos de carbono en glucosa (azúcar en sangre) que después utiliza como energía y guarda cualquier azúcar extra en el hígado y los músculos para cuando los necesitamos. La pasta, el arroz, el pan blanco, la cebolla, las patatas, los pimientos o frutas como la sandía, la naranja, las fresas, los plátanos y las nectarinas contienen carbohidratos.
3. Grasa: es una fuente de energía que nos ayuda a absorber vitaminas. No todas las grasas son iguales. Las grasas saturadas como la mantequilla, la de cerdo o las grasas trans, de los vegetales, margarinas, bocadillos, etc. no son recomendables en exceso. Es mejor sustituirlas siempre que sea posible por aceites como el de oliva, cártamo y girasol, mucho más saludables.
4. Vitaminas: nuestro cuerpo necesita al menos 13 vitaminas diarias para tener una salud óptima (el exceso de éstas tampoco es bueno, por lo que debemos tener cuidado) El hígado, la leche, las frutas y verduras, los frutos secos, etc. son algunos alimentos que contienen vitaminas A, B y C muy importantes para nuestro organismo.
5. Minerales: el cuerpo los necesita para los huesos, la formación de hormonas e incluso para la regulación de los latidos cardiacos diferentes minerales. Algunos de los más importantes son:

Hierro: la carne es una excelente fuente de este mineral y sus beneficios son casi inmediatos pero si además la combinamos con vegetales, legumbres, frutos secos, etc. la combinación es la perfecta para combatir la debilidad.
Calcio: además de los productos lácteos como los yogures, la leche o el queso que contribuyen al aumento de este mineral, los frutos secos, las verduras de hojas verdes o las semillas también son un aporte cálcico extraordinario.
Folatos: las acelgas, el brócoli, las judías verdes o la lechuga son un excelente complemento al menos una vez al día.
Potasio: está comprobado que el aporte adecuado de este mineral previene de ictus e infartos. Las nueces, plátanos, acelgas, zanahorias o tomates son alimntos ricos en este mineral.

Los mayores tenemos que cuidarnos más para mantener una buena salud con el paso de los años y conseguir una calidad de vida óptima, por eso, lo ideal es lograr una alimentación equilibrada y variada y no abusar de los excesos. Aún así, lo recomendable es acudir al médico cada cierto tiempo para que pueda hacernos un seguimiento y comprobar que nuestros índices de vitaminas, grasas, minerales, etc. son los adecuados a nuestra edad.

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