Bajo el título de Puossin y la naturaleza, el Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe hasta 85 obras del pintor francés del siglo XVI, considerado el padre del clasicismo, Nicolas Poussin (1594-1665). Los cuadros que se pueden visitar hasta el próximo 13 de enero muestran, principalmente, escenas bíblicas, de la mitología clásica, pasajes históricos y naturaleza.
Uno de los rasgos característicos de este autor pictórico es el equilibrio que logra en sus obras entre el ser humano y entorno que le rodea y que no alcanza a dominar. Con esta exposición se trata de acercar a los aficionados al arte cómo concibió Nicolas Poussin el paisaje, a través de 32 pinturas y 53 dibujos.
En la muestra las obras se encuentran ordenadas cronológicamente para facilitar la comprensión de la evolución de Poussin en su carrera. Así, en las primeras pinturas de su juventud se ve cómo el pintor galo utilizó el paisaje como fondo de escenas sensuales, bajo la influencia del rico colorido de Tiziano, Giorgione o Bellini. A partir de 1630, el pintor, ya afincado en Roma, la ciudad donde desarrolló la parte más importante de su carrera, empezó a dar más importancia a la naturaleza, convertida en un espectáculo grandioso que llega a eclipsar las figuras.
A medida que pasan los años, la naturaleza va ganando protagonismo en las obras de Poussin, hasta convertirla en medio de sus mensajes morales: las encinas encarnan la fuerza y el coraje y, por ejemplo, los álamos, el duelo.
Las pinturas de este pintor-filósofo formaron parte de las colecciones de los reyes de Francia y España, y son especialmente valoradas por los coleccionistas más cultivados debido a la densidad de su mensaje y estilo. También ha servido de referente y ha sido admirado por otros pintores de la talla de Delacroix,Turner, Constable, Reynolds, Cézanne, Matisse yBalthus.
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