Por un hogar adaptado

Nuestra casa es el espacio en el que los mayores más tiempo pasamos y  por ello es fundamental que estemos seguros y cómodos. Sin embargo no siempre contamos con las condiciones adecuadas, que van variando conforme envejecemos, lo que en ocasiones puede dificultar nuestra independencia. Hasta hace un tiempo los diferentes ayuntamientos contaban con las llamadas ‘Ayudas de adaptaciones geriátricas’, pensadas para pequeños arreglos en la vivienda habitual, imprescindibles para que muchos mayores permanezcamos en nuestro domicilio, y que con la actual crisis se encuentran en ‘peligro de extinción’. Por ello las asociaciones de mayores adheridas a Unión Democrática de Pensionistas (UDP) han reclamado a las administraciones que se mantengan estas ayudas y se mejore la información a los ciudadanos sobre los derechos en materia de accesibilidad de las viviendas, especialmente en este Año del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional.

Entre las adaptaciones que se cubren con estas ayudas, y dependiendo de la normativa regional, se encuentran la sustitución de bañeras por platos de ducha; la instalación de asideros de pared, de entrada y salida de la bañera, barras abatibles contiguas al inodoro y/o ducha, y barras inoxidables para bañera; instalación de inodoros suspendidos con barras de soporte y asientos de ducha o elevadores de bañera; la sustitución de cocinas de gas por eléctricas y calentadores de gas por calderas más seguras; la instalación en los pasillos de la casa de pasamanos y pequeñas rampas y/o discos giratorios. Además de la ampliación del ancho de las puertas, arreglos que mejoren la seguridad de la red eléctrica y la instalación de dispositivos luminosos y de amplificación sonora para personas con discapacidad auditiva.

Según los datos recogidos en el I Plan Nacional de Accesibilidad 2004-2012 el cien por cien de los edificios evaluados incumplía alguno de los criterios de accesibilidad establecidos, con baños y aseos inaccesibles en la totalidad de los casos, un 78,7% las cocinas y un 59% de vestíbulos y distribuidores. A pesar de estas dificultades, según las cifras aportadas por el IMSERSO, el 87,3 por ciento de las personas mayores en España prefiere vivir en su casa y el 77,1 por ciento de los mayores de 65 años elige la opción de seguir viviendo en su domicilio con atención y cuidados en caso de necesitarlos.

En este contexto UDP y el IMSERSO han puesto en marcha la difusión de la campaña ‘Doce causas para 2012′, en la que se incluyen recomendaciones como la creación de un censo de personas mayores en riesgo de exclusión, en función de la accesibilidad de sus viviendas y su control y seguimiento, e implantar redes de apoyo a personas mayores que tengan problemas de accesibilidad en su vivienda. Además las asociaciones de mayores exigen a los propietarios de edificios de renta antigua donde viven personas mayores o con alguna discapacidad que realicen las obras oportunas de accesibilidad. Igualmente, en relación a la realización de estas obras de acondicionamiento, se ha lanzado la propuesta para establecer acuerdos con las grandes empresas constructoras para que dediquen recursos propios para llevar a cabo este tipo de rehabilitaciones en el caso de los mayores sin recursos que las precisen y que colegios de abogados y bufetes privados contribuyan con el cumplimiento de las leyes en cuanto a la obligación de los propietarios en la rehabilitación de edificios sin ascensor o con impedimentos en la accesibilidad.

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