Personajes reales, de ficción y leyendas

Una sorprendente encuesta ha puesto en evidencia a la cultura británica, y ha abierto los ojos al resto del mundo ante la falta de conocimientos históricos básicos de las nuevas generaciones e, incluso, de las más maduritas. Según una encuesta realizada en Inglaterra por la cadena UKTV Gold, uno de cada cuatro británicos cree que Winston Churchill -primer ministro inglés durante parte de la II Guerra Mundial, gran orador y premio Nobel de Literatura- es un personaje de ficción, una leyenda.

Lo mismo ocurre con figuras históricas como Cleopatra (4%), Gandhi (3%) o Charles Dickens, el creador de Oliver Twist (3%). Paradójicamente, más de la mitad de los encuestados (58%) se muestra convencido de que el detective Sherlock Holmes, creado en 1887 por el escritor escocés Arthur Conan Doyle, existió realmente.

Aunque el caso de Churchill resulta casi inexplicable, el de Holmes-Doyle aún puede tener sentido. Los razonamientos, inteligencia, capacidad de observación y deducción no del personaje novelesco, sino del propio escritor, quedan ahora desvelados con la publicación de Conan Doyle, detective, del historiador dublinés Peter Costello.

Distribuida por una editorial durante estos días, en el marco del cuarto encuentro de novela negra de Barcelona BCNegra, la obra detalla uno de los aspectos menos conocidos y sorprendentes del escocés, el de investigador. Todavía hoy llegan al 221B de Baker Street, domicilio de Doyle, cartas pidiendo su colaboración para resolver misteriosos asesinatos, desapariciones o robos.

Así llegaron a sus manos, mediante petición de familiares de los acusados o víctimas e incluso de la propia policía, algunos de los casos que más conmocionaron a la sociedad británica de finales del siglo XIX y principios del XX. Como el caso Dreyfus inglés, que, con su sagacidad y perspicacia, logró dar la vuelta, esclareciéndolo hasta el punto de encontrar a los verdaderos culpables de extraer las vísceras y dejar morir al ganado de una familia. Scotland Yard había acusado a un inglés de origen indio, George Edalji, que, siendo inocente, cumplió tres años de cárcel.

Como miembro del Club de los Crímenes, aportó su opinión y análisis sobre el robo de las joyas de la corona de Irlanda, el último asesinato de Jack el Destripador o la misteriosa desaparición de Agatha Christie, quién decidió fingir un secuestro para llamar la atención de su marido. Inspiración y experiencias no le faltaron, sin duda, para crear a uno de los detectives más famosos de toda la literatura, Sherlock Holmes, hasta el punto de que muchos confundan si fue él o su personaje quien existió realmente.

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