Oasis de salud y tanquilidad

Aguas termales naturales y en centros especializados, hoteles con spa, balnearios urbanos,… constituyen unos de los contadísimos lugares donde poder recuperar la paz y la salud después de un intenso periodo de trabajo, épocas de estrés, o simplemente por las preocupaciones cotidianas. La acción relajante del agua sobre el organismo ha permitido que estas zonas de relax y descanso se hayan convertido en verdaderos instrumentos de belleza y salud.

A pesar de que los balnearios alcanzaron su máximo esplendor en tiempos de los romanos, los griegos y anteriormente los egipcios ya habían descubierto las propiedades relajantes y curativas del agua. Por su parte, el término romano Thermae, se refiere a los establecimientos en los que, antiguamente, se tomaban baños calientes. La proliferación, en los últimos tiempos, de este tipo de tratamientos de salud y belleza ha llevado a la modernización de “históricos” centros de aguas termales y balnearios. Los spas, uno de los métodos más antiguos para mejorar la salud y rejuvenecer la piel, incluyen, además de las sesiones con aguas termales, de chorros, sauna y baño turco, tratamientos naturales con aceites esenciales.

Entre las termas y balnearios más conocidos y recomendados en España están: en Andalucía, el balneario de Lanjarón, pueblo famoso por su agua, que se encuentra emplazado en la parte sur del Parque Natural de Sierra Nevada (Granada); en Aragón, las Termas de San Roque en Alhama de Aragón, cuyas instalaciones datan del año 1.122; Caldas de Oviedo (Asturias); en Castilla y León, Babilafuente, situado a 17 kilómetros de Salamanca; o, el de Fuente Podrida, en la orilla del río Cabriel, a 90 kilómetros de Valencia.

Faciales, corporales, antiestrés, Cleopatra, reductores, reafirmantes, tonificantes,.. son sólo algunos de los tratamientos más comunes que se pueden recibir en cualquiera de estos establecimientos, a los que hay que unir nuevos métodos como la chocolaterapia o las duchas de Vichy con envolvimiento de barros o algas. La idea es de lo más atractivo, sobre todo, para aquellos que quieran encontrar un remanso de paz en medio de la vorágine en que se convierte, con demasiada frecuencia, el día a día.

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