Puede que haya detectives con una vida más desastrosa y una moral más difusa, pero seguro que pocos tienen tantos problemas para saber en qué lado están sus fidelidades y discernir si sirven a la causa justa como Easy Rawlins. Nacido en una de las paupérrimas comunidades negras del Sur de Estados Unidos, ha sufrido la discriminación racial de los ghettos y sabe muy bien cuán duro es sobrevivir para los suyos. Y por eso, aunque trabaje por encargo para restablecer el orden, le resulta imposible no dejarse pringar en asuntos turbios cuando su gente se lo reclama.
Porque el pasado del que nunca se deshace Rawlins vuelve una y otra vez para recordarle que aunque haya combatido por su país en la Segunda Guerra Mundial, él sigue siendo un negro pobre que tiene que luchar por las cosas más elementales.
Deudor del estilo hard-boiled y del realismo sucio, heredero del gran Chester Himes, Walter Mosley ha erigido una de las series de novela negra más exitosas de los últimos años y ha sabido conferirle un sello personal. La fuerte determinación social a la que está sometido su personaje y un elenco de secundarios con muchos matices, como el turbador amigo de Easy, Mouse Alexander, son los punto fuertes de unas narraciones ambientadas en los años clásicos del género negro.
Corrupción, crimen, racismo, tabernas que despiden sones de Jazz o mujeres fatales son los elementos arquetípicos que se reproducen en las novelas de Mosley, pero que se combinan con aspectos insólitos, como las penalidades de Mosley para criar a sus hijos adoptados, sus amistades conflictivas o sus vaivenes sentimentales.
Anagrama ha publicado en castellano buena parte de las novelas de Mosley, como El demonio vestido de azul, llevada al cine en 1995, Una muerte roja o la extraordinaria pieza breve De Pesca, que cuenta una aventura iniciática de Easy y Mouse en las pantanosas regiones del sur profundo, salpicadas de vudú, blues rural, violencia y fiebres tifoideas.
