No pierdas el sueño

Entra dentro de una cierta normalidad el hecho de que en edades avanzadas los patrones de sueño tienden a cambiar. Las horas de sueño disminuyen ligeramente, hay más dificultades para conciliar el sueño y éste suele interrumpirse al ser más ligero. Sin embargo, no dormir correctamente ni lo suficiente puede ser en ocasiones una señal de alerta que nos señale enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o las depresiones. Pero sin ser alarmista, en cualquier caso, los trastornos del sueño se han de tratar adecuadamente, ya que aumentan el riesgo de hipertensión, afectan a la capacidad intelectual, al rendimiento, y pueden agravar el propio desarrollo de otras enfermedades, como informa la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Según datos de la SEN, más del 30% de la población española tiene problemas para dormir, siendo el insomnio el principal trastorno (entre el 20% y el 30%). También datos publicados por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) indican que los principales problemas del sueño se dan a partir de los 65 años y ambas Sociedades coinciden en establecer, además del primer puesto para el insomnio, otros trastornos del sueño como más o menos comunes: el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (como la apnea obstructiva del sueño) y el síndrome de las piernas inquietas.

Este 15 y 18 de marzo se conmermoran el Día Mundial del Sueño y el Día Europeo de la Narcolepsia respectivamente, con el fin de concienciar sobre la importancia de estos trastornos del sueño y otros algo menos ‘comunes’, que a pesar de su amplia variedad, la gran mayoría coincide en la falta de diagnóstico. La SEN estima, como manifiesta en un comunicado, que un 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de piernas inquietas y entre un 60 y un 80% de los pacientes con narcolepsia, no están diagnosticados, y que como explica el Dr. Hernando Pérez Díaz, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “A pesar de los avances que se han producido en los últimos años, tanto en diagnóstico como tratamiento, son trastornos que, en demasiadas ocasiones, pasan desapercibidos y no se tratan adecuadamente”, añadiendo que “es importante darles la relevancia que realmente tienen, ya que no sólo se reduce la calidad de vida y el rendimiento diario de quienes lo sufren, sino que no dormir adecuadamente aumenta el riesgo de hipertensión y, por tanto, de sufrir un accidente cerebrovascular,afectan a la capacidad intelectual, al rendimiento, y pueden agravar el propio desarrollo de otras enfermedades que, entre otros síntomas, cursan con trastornos del sueño”.

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