Desde hace años se está produciendo un hecho incontestable como es que cada vez la esperanza de vida es mayor. Sin embargo, al mismo tiempo que los avances tecnológicos y médicos están haciendo posible alcanzar edades más avanzadas, los expertos discuten y disertan sobre si ese mayor envejecimiento va acompañado de una buena calidad de vida. A esta incógnita ha querido responderse con el Estudio Toledo sobre el estado de salud actual de los mayores de 64 años realizado en esta localidad comparándolo con el de hace 15 años. Y según los resultados obtenidos, parece que los mayores de 65 años son un 24 por ciento menos dependientes ahora que hace 15 años a la hora de desarrollar actividades instrumentales tales como gestionar sus asuntos económicos, montar en autobús, etc., aunque este dato positivo no debe hacer olvidar que el 41,8 por ciento de los mayores están en una situación de pre-fragilidad, es decir, “presentan un riesgo elevado de desarrollar algún grado de dependencia”, aunque esta dependencia no es una consecuencia inevitable asociada a la edad y se puede prevenir en más de un tercio de la población mayor, como ha señalado el geriatra Leocadio Rodríguez Mañas, coordinador de
Según el doctor Rodríguez Mañas, “En menos de seis décadas, se ha triplicado la expectativa de vida en los mayores de 65 años, no obstante, este incremento no ha sido acompañado por una mayor incidencia en los casos de discapacidad”, y “La gente, a diferencia de lo que temíamos hace unos años, llega con buena salud a las etapas más avanzadas de la vida”.
El Estudio de Toledo ha sido presentado en la 4ª Reunión Nacional de
