Hoy se cumplen 12 años de los atentados más salvajes de la historia de nuestro país en tiempos de paz. Un día que los madrileños difícilmente podremos olvidar, ya que aquel 11 de marzo de 2004 la vida de todos nosotros cambiaría para siempre. Desde aquellas explosiones, el viejo continente no volvería a dormir tranquilo sin pensar en un nuevo ataque islamista.
Aquel fatídico jueves, se produjeron nada menos que diez explosiones, provocadas por mochilas cargadas con explosivos, tres de ellas en trenes situados en la estación de Atocha, otras dos en la del Tío Raimundo, una en la estación de Santa Eugenia y, cuatro junto a la calle Téllez, a 500 metros de Atocha. Los trenes iban llenos a reventar ya que se trataba de la hora punta de la mañana y en ellos se quedaron para siempre las ilusiones de miles de personas.
Nunca en la historia de nuestro país había habido un ataque terrorista de tal magnitud. En él perdieron la vida 194 personas y 1858 resultaron heridas. Madrid quedó tocada y hundida para siempre. No había casa en la ciudad en la que la desgracia no hubiera llamado a su puerta.
No hay palabras para explicar el sentimiento de dolor que hubo durante semanas en la capital de España y del que se hicieron eco prácticamente todas las ciudades del mundo. Del mismo modo que no las hay para explicar cómo los madrileños, generosos e impulsivos, salieron a la calle a ayudar, en mayúsculas, sin pensar que sus vidas aún seguían corriendo peligro.
Unos donaban sangre, otros echaban una mano con los heridos, médicos y enfermeras de todos los hospitales acudieron a los lugares siniestrados para ayudar ”in situ” a quienes lo necesitaran, psicólogos ofrecían sus servicios a las víctimas y familiares, periodistas que contaban lo que sucedía entre lágrimas, ancianos que tranquilizaban a los más jóvenes con palabras de alivio, bomberos apagando las llamas que quedaban prendidas, policías detonando las bombas que seguían activas, creyentes que rezaban sin parar… no hubo ni una sola persona que no hiciera algo por los demás, cada uno desde sus posibilidades.
Madrid fue un ejemplo de convivencia, de amor por el prójimo, de unidad, de respeto, de generosidad. Madrid fue más que nunca la capital del reino de España.
Hoy, desde mayormente.com queremos rendir, un año más, nuestro especial homenaje a las víctimas de aquel 11M. El bosque del Recuerdos, situado en el madrileño Parque del Retiro nos recordará para siempre que cerca de 200 inocentes perdieron la vida en el ataque yihadista más salvaje y brutal de nuestra historia, pero también nos recuerda que la violencia y el odio no nos conducen a nada y que ninguna religión aplaude las matanzas discriminadas de un grupo de fanáticos que quieren atemorizar a la buena gente. Por eso, hoy, Día Europeo de las Víctimas del terrorismo, mantenemos nuestra firme condena por los atentados de Madrid y nos solidarizamos con todas las víctimas del terrorismo y sus familias.
