Las vacaciones de Navidad suponen para niños y padres un parón en cuanto al curso escolar se refiere. Menos mal que para calmar los ánimos de unos y otros estamos los abuelos, esos duendecillos que por arte de magia, servimos tanto para cuidar de nuestros nietos y divertirlos sin límites como para añadir horas de sueño a nuestros estresados hijos.
Por eso, hemos pensado algunos planes que te pueden ayudar mucho si eres de esos abuelos a los que les toca “pelear” en estas frías fechas con las fierecillas de la casa.
La Plaza Mayor de Madrid con su mercadillo navideño es un atractivo impagable para llevar a los más pequeños. Papa Noel, Mickey Mouse, Winnie de Pooh… son sólo algunos de los personajes que recorren la plaza dispuestos a sacar una sonrisa a niños y abuelos, además de hacerse una foto con ellos por un módico precio, “la voluntad”. También hay millones de puestecillos en los que se venden Belenes, artículos de broma, panderetas o chucherías ¿Qué más se puede pedir para una tarde de risas?
Otro plan apetecible y didáctico es acudir a ver el Belén que cada año ponen los diferentes Ayuntamientos de nuestra geografía. Piezas únicas e inmensas en los que los más pequeños podrán escuchar la historia del Nacimiento de Jesús por boca de sus abuelos y, además, podrán verlo representado de manera minuciosa y divertida.
El bus navideño que en estas fechas recorre algunas ciudades es otro plan diferente y divertido. Estos autobuses visitan los puntos más emblemáticos de la ciudad, haciendo un circuito por el alumbrado navideño y pasando por las zonas de mayor atracción turística.
Y si el tiempo no acompaña y queremos un plan más ajustado a nuestros bolsillos, os proponemos preparar postres caseros con los más pequeños de la casa. El turrón de chocolate es uno sencillo y rápido, además de un manjar para nuestros retoños. Y hace poco os contamos cómo hacerlo.
Ahora, a ponerse un buen abrigo, bufanda y guantes y disfrutar de la magia de nuestra ciudad… ¡La diversión con nuestros nietos está asegurada!
