Los mejores Belenes Napolitanos

No quedan ni dos semanas para que llegue la Navidad y, de un modo u otro, la mayoría de nosotros vamos a tener algo más de tiempo libre para descansar y disfrutar del ambiente de las fiestas. Como es previsible, todas las ciudades aumentan estos días su oferta de ocio y una de las estampas que será muy fácil encontrar es la de grandes colas a las puertas de exposiciones, cines y teatros. Hoy queremos ofreceros un plan alternativo, muy navideño además, para disfrutar de las vacaciones; lo que no os podemos asegurar es que no os encontréis con las mismas colas que en el resto de lugares de ocio de vuestras urbes.

Belén del Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz

Con niños o sin ellos, disfrutar de las exquisitas tallas de los belenes napolitanos siempre es un placer, máxime en estas fechas. El gran apogeo de estas manifestaciones artísticas en miniatura tuvo lugar a mediados del siglo XVIII; se caracterizan por la espectacular escenografía y la gran profusión de figuras, entre las que se incluyen representaciones de distintos tipos sociales e incluso de diferentes gremios, lo que dota a estos belenes de un gran interés etnológico, además de artístico. Las figuras -realizadas en alambre recubierto de estopa y rematadas con cabezas de cerámica- suelen medir entre 30 y 35 centímetros y se completaban con incrustaciones en vidrio para los ojos, ropajes de tela, accesorios de metal, plata, ébano, marfil, barro… sin escatimar en todo lujo de detalles. El preludio del romanticismo se materializa en las detalladas escenografías, en las que encontramos la estampa de Sagrada Familia no en el interior de un portal, sino dentro de un templo clásico en ruinas, como los entonces encontrados en Pompeya y Herculano.

En España conservamos algunos de los más valiosos y no hace falta decir que vale la pena visitarlos. En Madrid, tenemos que destacar el “Belén del Príncipe” que se conserva y exhibe en el Palacio Real, que cuenta en su haber con cerca de 150 piezas; algunas menos que las que tiene el Belén del Museo Nacional Colegio San Gregorio de Valladolid, realizado gracias a la unión de distintos grupos de figuras atesoradas durante años por diversos coleccionistas. Aún mayor es el de la Fundación Juan March de Palma de Mallorca, donde se exhibe un conjunto de más de 800 figuras y 2.000 piezas complementarias, atribuido a Giuseppe Sanmartino, uno de los mejores belenistas del siglo XVIII. Por su parte, el Museo Nacional de cerámica de Valencia adquirió en 2002 un Belén de 29 piezas que, aunque más modesto que los anteriores, es también de gran belleza. Vale la pena también destacar el del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, el del Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz o el del Convento Capuchino de Jerez de la Frontera; buenos ejemplos también del magnífico patrimonio belenístico que se conserva en la Península.

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