El uso de Internet en los dispositivos móviles se dispara entre las personas mayores y así lo indica el informe anual de La Sociedad de la Información en España.
Unos datos que nos alegran este Día Mundial de Internet ya que nos hace sentirnos protagonistas de las Nuevas Tecnologías aunque sea por un día. Y es que, según este informe elaborado por la Fundación Telefónica de los más de 22 millones de ciudadanos que se conectan a diario a Internet, el mayor crecimiento se registra en la franja de edad que va desde los 55 a los 64 años.
Bien es cierto que el uso de los teléfonos inteligentes ha permitido que navegar por la red nos resulte mucho más sencillo y que además, las ganas de comunicarnos con nuestros nietos, amigos y otros familiares de forma rápida y precisa nos haga mostrar mayor interés.
La mayoría de los mayores, gracias a la Red de redes, entramos a diario en redes sociales, leemos nuestro correo electrónico, nos informamos de las noticias de última hora, buscamos ofertas de bienes y servicios y estamos al día de películas y música.
Las compras virtuales nos dan algo más de miedo que a los jóvenes, aún así el 62% de los internautas de entre 16 y 74 años afirman, según el informe anual de La Sociedad de la Información en España, que han realizado alguna vez compras a través de Internet.
Seguimos avanzando y está claro que aún nos quedan muchos caminos por descubrir en cuanto a tecnología se refiere. Los miedos a meter la pata en la red, a que nos timen, a exponer a desconocidos nuestra privacidad y a equivocarnos nos echan para atrás en algunas gestiones, sin embargo, gracias a nuestro empeño y a la paciencia en ocasiones de nuestros hijos y nietos a la hora de echarnos una mano, cada vez nos sentimos más cómodos en este mundo virtual.
La comodidad que nos aporta un Smartphone, una tableta e incluso la televisión por cable a la hora de estar conectados con nuestros seres queridos supera cualquier barrera o miedo que pueda surgirnos, por eso es lógico que cada vez sea más frecuente ver en el autobús, en la compra o en un parque a un abuelo conectado a Internet ¡y nos sentimos orgullosos de ello!
Nuestra generación no nació con un teléfono inteligente debajo del brazo pero siempre hemos demostrado adaptarnos a las diferentes circunstancias y épocas como pez en el agua y en esto no íbamos a ser menos.
