Los cuidadores informales

No han estudiado para ello, pero el cariño hacia sus familiares y la falta de recursos les han llevado a cuidar de sus parientes dependientes: se trata de los cuidadores informales. Una realidad conocida desde antaño, pero solo reconocida legalmente desde la aprobación de la Ley de Dependencia.

Según datos del IMSERSO, entre un 10% y un 15% de los mayores de 65 años presentan una dependencia importante. Unos datos que irán en aumento si tenemos en cuenta el descenso de la natalidad con el consiguiente envejecimiento de la población. A pesar de que ya se están tomando medidas para aumentar el número de profesionales y centros especializados para el cuidado de estas personas, así como el desarrollo de ayudas para que las familias puedan acceder a los mismos, los cuidadores informales se presentan hoy día como el primer recurso.

El perfil de este cuidador en España es: una sola persona en casa hogar en el que vive un dependiente es la que se hace cargo de los cuidados. En la mayoría de casos, son mujeres (43% son hijas, un 22% son esposas y un 7’5% son nueras de la persona cuidada) de entre 45 y 65 años, casadas y, casi siempre, sin otra ocupación laboral que hacerse cargo del familiar dependiente.

En este sentido, la Ley de Dependencia contempla ayudas económicas a los cuidadores informales, que, además, puedan integrarse en el Sistema de Seguridad Social para, en un futuro, cobrar pensiones. Sin embargo, estas medidas pretenden ser excepcionales ya que se busca que la mayoría pueda acceder a cuidadores profesionales, asistencia domiciliaria, residencias y centros de día.

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