Recrear en nuestro cuarto de baño una sesión de cura del agotamiento físico y mental es muy sencillo. Las sales de baño forman una atmósfera placentera y relajante a través de sus aromas y sus propiedades minerales, recomendables en el tratamiento de algunas patologías (aromaterapia); cada olor, además, provoca en nuestro cuerpo diferentes sensaciones.
Los aceites esenciales que contienen estas sales son las consiguen los distintos efectos en nuestro organismo. Así, el árbol de té, resulta ser un antiviral natural y tiene un efecto calmante cuando nos duelen las extremidades. Aunque para las molestias musculares, la lavanda es la alternativa.
En caso de sufrir un resfriado, mejor ‘echar mano’ del eucalipto o el tomillo; contra el insomnio, sales de azahar y el incienso; y para el estrés, hojas de naranjo. Cada aroma se traduce en una mejora de nuestra salud psíquica, pero también física.
Así, en el cuidado de nuestra piel podemos incluir lavados con sales de sándalo (contra las arrugas) y la zanahoria (para nutrirla).Otra antitoxina popular es el limón, que protege nuestro organismo y estimula nuestros sentidos, al igual que el romero, que despierta la memoria.
Podemos encontrar sales de baño en cualquier de las gran superficie y en las muchas tiendas especializadas dedicadas a la venta de este tipo de productos.