La sublevación pacífica de Stéphane Hessel

¿Quién dijo que con el paso de los años, con la llegada de la vejez, ha de llegar el conformismo y la pasividad? La prueba de que a la tercera y a la ‘cuarta’ edad se puede seguir luchando por los ideales y combatir a la sociedad establecida es Stéphane Hessel (Berlín, 1917), que a sus 93 años está logrando convertirse no sólo en un fenómeno editorial con su obra, de 32 páginas, “¡indignaos!” (Indignez-vous!), de la que lleva vendidos en Francia 1.700.000 ejemplares (a pesar de tratarse de una edición artesanal realizada por una editorial independiente y familiar,Indígena), sino que se está convirtiendo en un auténtico jaleador de la sociedad francesa, cuya conciencia está sacudiendo, especialmente de la de los jóvenes, a los que se dirige para que luchen y se rebelen contra la situación económica y social que se está viviendo en los últimos tiempos.

La indiferencia es la peor de las actitudes. Debemos reaccionar. Si quieres ser feliz, no aceptes nunca lo que consideres inaceptable. Sí, indignémonos”. Premisas como esta han hecho que hasta el momento Hessel se haya ganado la desaprobación del mismísimo presidente galo Sarkozy, después de que muchos abuelos franceses hayan escogido su ‘panfleto’ las pasadas Navidades como regalo. Hessel se encuentra estos días en España, donde la editorial Destino ya ha publicado, en un mes, la cuarta edicióncon 100.000 ejemplares y el prólogo de otro senior crítico con lo establecido, el escritor y economista  José Luis Sampedro. Ambos autores se han encontrado estos días, han debatido y han coincidido en el papel que han de jugar los jóvenes en el presente y el futuro de la sociedad.

Hessel, miembro de la resistencia antinazi, huído en dos ocasiones de sendos campos de concentración en la II Guerra Mundial, camarada del General de Gaulle, ex-embajador, intelectual y el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 1948, expone sus argumentos contra la crisis económica y social, denuncia la creciente diferencia entre ricos y pobres, la dictadura de los mercados financieros, la discriminación de los ‘sin papeles’ o los gitanos rumanos y el ataque contra el pacto social surgido tras la II Guerra Mundial y que está en el origen del sistema sanitario gratuito, de las pensiones o del subsidio de desempleo.

Pero a pesar de este ‘grito de batalla’ Hessel se basa en la ‘no violencia’, el rechazo a las guerras y al terrorismo, al nacionalismo y a todo lo que suponga coaccionar la libre voluntad de movimiento de los hombres, pero sobre todo a la pasividad y la indiferencia ante las injusticias.

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