El poder curativo del mar y de sus ‘habitantes’ cobra forma, esta semana, de algas. Incluidas por las culturas orientales en su alimentación desde tiempos ancestrales, han demostrado su eficacia como antibacteriales, antivirales y anticancerosos. De Japón, Corea y China, ahora Europa también quiere beneficiarse de sus cualidades tonificantes, purificadoras, digestivas y reguladoras del colesterol.
Algunas de las variedades más comercializadas, que podemos encontrar en tiendas de dietética, son:
El fucus, que actúa como tonificante intestinal. Se recomienda incluirlo en nuestra alimentación cuando nos ponemos a dieta, ya que produce un efecto saciante, ejerce una suave acción laxante, ayuda a disminuir los niveles de colesterol y es eficaz contra la celulitis.
Comer espirulina, por su parte, supone un aporte extra de minerales a nuestro organismo. Es por ello que se aconseja a los anémicos y a aquellos que llevan una dieta vegetariana. Mientras que la chlorell, actúa como reguladora del sistema digestivo, cicatriza las úlceras y combate la halitosis.
El agar, es de color rojizo y se caracteriza por ser muy nutritiva y con grandes propiedades digestivas: ayuda a eliminar residuos del estómago y del intestino, regula el estreñimiento y el colesterol.
Pero no sólo son beneficiosas en nuestra alimentación, muchos laboratorios han aprovechado las propiedades saludables de las algas para crear mascarillas, tónicos, cremas, exfoliantes, jabones…
