La Dama Duende

El Teatro Español es uno de los míticos espacios madrileños dedicados íntegramente a las producciones clásicas. Esto es todo un aliciente, aunque el teatro en sí mismo, más allá de la obra que acoja, bien vale una visita. Situado en plena plaza de Santa Ana, tiene sus orígenes en una antigua corrala medieval donde solían representarse pequeños estrenos; para rematar su encanto, en el siglo XIX fue remodelado por uno de nuestros máximos exponentes de la arquitectura, Juan de Villanueva, responsable de otras bellísimas obras madrileñas, como el Museo Nacional del Prado o el Oratorio de Caballero de Gracia.

En su comienzo de temporada, el Español ha querido rendir homenaje al recientemente fallecido Miguel Narros, acogiendo el que fue su último montaje: La Dama Duende, de Calderón duela barca. Director del Teatro Español en dos ocasiones, Narros dirigió decenas de montajes y fue galardonado en dos ocasiones con el Premio Nacional de Teatro.

Con el montaje de esta obra obtuvo el Premio Fuente Castalia, que recibió escasas semanas antes de su muerte. Y es que, no en vano, resulta muy atractivo novedoso, a la par que llamativamente sobrio, dotando a la escena de gran agilidad; con una sorpresiva mezcla de elementos que no son comunes en obras de estilo clásico.

La obra podrá verse únicamente hasta este domingo, con un reparto encabezado por Diana Palazón, brillante en el papel de Doña Ángela, y Chema León, un perfecto Don Manuel. La adaptación de la obra, que viene de la mano de Pedro Víllora, es también muy llamativa. Destaca la introducción musical, excelentemente seleccionada y totalmente acorde con el texto.

Merece la pena hacer un hueco de última hora en el fin de semana y acercarse a verla, tanto por la calidad de la pieza -Calderón nunca defrauda- tanto por el sorprendente montaje y el bellísimo marco.

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