Esta noche vienen los Reyes Magos y en la mayor parte de los hogares se respira ilusión y nervios a partes iguales. Las cartas de millones de niños ya están en manos de los pajes reales que esta noche tendrán una ardua tarea para acertar con los regalos de pequeños y mayores y valorar quienes nos hemos portado mejor y quienes recibirán carbón como castigo.
Melchor, Gaspar y Baltasar conocen perfectamente los gustos de nuestros pequeños, pero siempre está bien darles alguna pista para que los regalos que traigan sean los adecuados a la edad del niño, a sus gustos, sus necesidades y, por supuesto a los parámetros de calidad y seguridad.
Es importante que en la carta no haya una lista interminable de juguetes, ya que lo mejor del día de Reyes es que puedan disfrutar de lo que les han traído sus Majestades y no se pasen media mañana rompiendo envoltorios.
Por eso, no está mal poner límites al número de regalos. Algo muy recomendable es que nuestros nietos elijan una temática cada año, así por ejemplo si eligen los coches, en casa de sus padres les pueden traer un garaje, en la nuestra unos puzzles con vehículos de carreras y un par de coches para el garaje, en casa de los otros abuelos un coche teledirigido, etc. otro ejemplo, es una bicicleta, ya que pueden pedir el casco, los protectores, el traje de ciclista o una cesta en las casas de otros familiares. Es una manera de que todos los regalos guarden conexión entre sí y nuestros nietos valoren más sus regalos.
Si nuestros nietos son pequeños es importante que nos fijemos bien en que lo que les van a traer los Reyes sea apropiado a la edad que tienen. Si son menores de 10 años no es recomendable que les traigan videojuegos o teléfonos móviles, tampoco una televisión para su cuarto, es mucho mejor que puedan jugar donde se les pueda ver, con más niños o incluso con nosotros.
Otro error muy común es ”encargarle” a sus Majestades juguetes tan sofisticados que nos gustan más a nosotros que a los niños o tan caros, que no les dejamos que los utilicen para que no los rompan, algo que no tiene ningún sentido, si de lo que se trata es de que los pequeños jueguen, disfruten y aprendan con sus regalos.
Lo que está claro es que la ilusión de los más pequeños de la casa no tiene precio. Así que ya solo nos queda portarnos bien, colocar los zapatos en el salón, acostarnos pronto, y esperar a que amanezca el día más bonito del año y el que más nervios y sonrisas despierta. ¡Os deseamos que los Reyes Magos vengan cargados de salud, felicidad, amor y algún que otro regalito más! ¡Feliz noche de Reyes!
