Funambulistas de la palabra

El documental “Bertsolari” nos adentra en una de las tradiciones orales más deslumbrantes del mundo: la de la improvisación de versos en lengua vasca…

Los lectores vascos puede que estén familiarizados con la bersolaritza, el arte de improvisar versos en euskera que se remonta a tiempos muy antiguos, pero que en los últimos años ha recobrado un notable vigor entre las generaciones más jóvenes.

Una parte de su encanto proviene de ser una disciplina a la vez muy austera y muy sofisticada. Compleja por lo que supone: sobre un tema dado y, a menudo, teniendo en cuenta a quien le ha precedido, el bertsolari o rimador tiene apenas unos segundos para confeccionar en su mente un verso con una rima y métrica concreta que posteriormente canta en alto. La desnudez reside en que no hay adornos, música de acompañamiento ni otros elementos de atrezzo, solo la voz y el ingenio del poeta y su capacidad para cuadrar el verso y decir algo hermoso o ingenioso en ese corto espacio de tiempo.

“Bertsolari”, la última película documental de Asier Altuna explora ese fenómeno de la mano de algunos de sus más importantes artífices actuales: Andoni Egaña, el cuatro veces vencedor del Bertsolari Txapelteko Nagusia, el torneo capaz de reunir hasta a 14.000 personas en el BEC de Barakaldo en lo que es una manifestación multitudinaria única en la cultura popular de raíz, Maialen Lujanbio, su sucesora y la primera mujer en alcanzar esa dignidad, Miren Amuriza o Jon Sarasua. Ellos nos cuentan la sensación de vértigo y de andar por el filo del momento en que el bertsolari da el paso adelante y se lanza a declamar su verso, nos introducen en la forma de prepararse para ese reto, nos hablan del ambiente de complicidad y compañerismo que existe entre los bertsolaris y la importancia que eso ha tenido en la transmisión generacional o las nuevas inquietudes que han llevado a algunos de estos maestros a buscar nuevos marcos expresivos para esta antigua ceremonia.

Pero la excepcionalidad del trabajo de Altuna no está solo en su capacidad de penetración para mostrar los mecanismos de la bersolaritza, en la belleza formal de la propuesta o en los momentos emocionantes que acierta a recoger con su cámara, sino en el mismo hecho de haberse realizado y haber logrado que llegue a las salas comerciales. Que se entrene una aproximación tan poética, llena de delicadeza, de paciente escrutinio y de perspicacia acerca de una manifestación cultural tan relevante y extraordinaria como minoritaria en nuestra sociedad dominada por el futbol, los programas del corazón y las declaraciones de políticos dudosos no deja de reconfortar. Y por eso nosotros nos atrevemos también a recomendarla sin reservas.

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