Envejecimiento feliz y saludable

Sobrepasar la etapa de la madurez y hacerlo felizmente parece no tener secreto alguno para ciertos expertos. La clave parece ser, al menos una de ellas, un estado de salud adecuado, tanto del punto de vista físico como psicológico, ambos estrechamente vinculados. Para ello, basta seguir “10 pautas muy sencillas”. Un decálogo elaborado por el médico, psicólogo y antropólogo Dámaso Crespo Santiago y expuesto en su ponencia en la XVIII Reunión de la Sociedad Española de Psicogeriatría, un encuentro cuyo lema central ha sido el de “Tendiendo puentes” y en el que se han abordado distintos aspectos sobre la salud mental de los mayores.

Pero volviendo a las recomendaciones para un envejecimiento feliz del Doctor Dámaso Crespo, se basa en los siguientes puntos:

  • Alimentación adecuada, con una dieta equilibrada como la Mediterránea, en la que prevalezcan legumbres, verduras, fruta, productos secos, poca carne y mucho pescado.
  • Consumir vino moderadamente (un vaso en el caso de los hombres y medio vaso en el caso de las mujeres), siempre y cuando no esté contraindicado por el médico. El vino facilita la eliminación de los tóxicos que genera el propio organismo gracias a las moléculas (polifenoles) que ayudan a detoxificar, pero no hay que olvidar que el alcohol que contiene no es aconsejable.
  • La hidratación es fundamental, tanto por dentro como por fuera, por lo que se debe beber abundante agua y tener una buena higiene corporal.
  • Practicar ejercicio físico, aunque hay que tener la precaución de que el esfuerzo que realicemos esté acorde a la energía de la que dispongamos. Andar a paso ligero es uno de los mejores ejercicios que se pueden practicar, especialmente en las edades más avanzadas, ya que ayuda a oxigenar los pulmones y el cerebro. Además, de esta manera se logra liberar endorfinas, consiguiendo mantener el ego más alto.
  • Ejercicio mental manteniendo el cerebro activo. Actividades como la lectura, escuchar la radio y hacer pasatiempos como Sudokus o crucigramas son algunas de las actividades más recomendables.
  • Ejercicio espiritual. No se refiere únicamente a la religión, sino a llevar una vida calmada y relajada. Bajar el nivel de estrés y liberar así menos hormonas.
  • Eliminar los hábitos tóxicos como fumar o beber alcohol. También hay que tratar de respirar aire limpio, tomar el sol con precaución  y ventilar nuestros hogares.
  • La actividad social también es básica para sentirnos mejor. Hacer actividades en compañía de otros como ir a andar mientras se conversa, ayudar a la comunidad, ir a bailes de salón o acudir a un centro de día son algunas opciones.

Por último, los dos últimos factores que incluye el decálogo de Dámaso Crespo no dependen directamente de nosotros, pero son fundamentales en un envejecimiento activo y feliz:

  • Disponer de una buena herencia genética. El 25% de los años que se viven dependen de la genética, mientras que el 75% restante le correspondería al “ambiente”; es decir, el entorno y condiciones vitales.
  • El factor suerte. Es algo que no depende de cada persona, habrá individuos que se cuiden más y viva menos años que otros que se han cuidado menos a lo largo de su vida. Pero cuanto más se cuide más probable es que viva más años y con mayor calidad de vida.

Hacerse mayor es inevitable, pero es posible envejecer de una manera más feliz, pese a tener alguna dolencia o algún achaque causado por el paso de los años.

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