La naturaleza ha puesto a nuestro alcance todas las herramientas para el cuidado de nuestra salud, también de nuestra piel. De todos son conocidos los beneficios que aporta al organismo la ingesta de los diferentes tipos de frutas y no pocas veces se nos recomendará su inclusión en la dieta alimenticia diaria. Pero no sólo como alimento nos son útiles y beneficiosas, también como cosméticos y materia prima de distintos tratamientos de belleza, en la frutoterapia.
A partir de la aplicación sobre la piel de preparados a base de extractos de frutas, aprovechando las propiedades de cada una, y de zumos se realizan masajes sobre la piel con el fin de nutrirla, hidratarla y eliminar impurezas e imperfecciones. La frutoterapia se vale de las cualidades antioxidantes y nutritivas de las frutas para que nuestra piel tenga una imagen más sana, brillante, suave y elástica.
Cada familia de frutas puede contribuir a que mantener nuestra piel sana en diferentes aspectos. Una de sus aplicaciones más extendidas es la lucha contra el envejecimiento cutáneo ya que, por ejemplo, la manzana, además de ser capaz de disminuir la cantidad de grasa de piel, ayuda a eliminar manchas y reducir el surco de las arrugas. También el kiwi es usado en los tratamientos antiage e hidratantes.
Las fresas son capaces de eliminar todas las células muertas de nuestro cuerpo, mientras que el albaricoque ayuda a regenerarlas. Para eliminar los eccemas, los masajes se realizarán con jugo de melocotón; si es el acné nuestro problema, serán de pera; y si se trata de celulitis, de piña.
