El VIH y los mayores

Hablar del VIH y del Sida sigue siendo un tabú. No digamos el estigma que recae sobre los enfermos, aún mayor en el caso de que los afectados sean mayores. El VIH (las siglas del virus de la inmunodeficiencia humana) es un virus que daña el sistema inmunológico, es decir, debilita las defensa que tiene nuestro organismo para protegerse y combatir las enfermedades, por lo que es mucho más fácil contraer otras enfermedades potencialmente mortales, infecciones, etc. Cuando esto ocurre es cuando se presenta el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la última fase de la infección con el VIH.

Ni la sociedad, ni los médicos, consideran como población de riesgo de padecer el VIH a los adultos mayores; Ni siquiera ellos mismo suelen hacerlo. Sin embargo, se puede afirmar que en la actualidad la población anciana con sida representa un grupo sustancial dentro del total de casos con VIH, y sigue creciendo. En España el porcentaje de personas mayores de 50 años infectadas de SIDA prácticamente se ha duplicado desde finales de los noventa (pasando del 9,9 a un 17,3% en junio de 2008). Pero es posible que hayan muchos más casos que se desconocen ya que los médicos no siempre hacen pruebas del VIH/SIDA en los chequeos rutinarios de las personas mayores. De hecho, desde la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA) se viene denunciando que las personas mayores tienen un menor acceso a la prueba del VIH, ya que se les oferta menos en Atención Primaria.

En definitiva, por un lado quienes tienen VIH cada vez viven más tiempo ya que los médicos cada vez detectan antes el VIH y los tratamientos van mejorando. Por otro lado, cada vez hay más personas mayores que se infectan ya que cuentan con muy poca información sobre el tema, no consultan al profesional acerca de su vida sexual y confunden los síntomas del VIH con los propios del envejecimiento. Como consecuencia de estas tendencias se estima que más del 50% de las personas infectadas por VIH tengan más de 50 años de edad en 2015.

Hace unos días que se acaba de celebrar la III Jornada de Centros Residenciales para personas con VIH y SIDA, organizada por CESIDA, un marco en el que se han debatido cuestiones como la mayor necesidad de recursos residenciales para estos mayores. Según el secretario general de CESIDA, Carlos Varela, “además de la falta de plazas especializadas para las personas con VIH“, el problema sigue siendo que a estas personas “se les niega el acceso a centros de día y residencias, porque a la infección por el VIH se le considera erróneamente una enfermedad infecto-contagiosa“. Si la falta de asistencia es un grave problema para cualquier adulto mayor, lo es aún más en el caso de los que tienen el VIH, ya que, como se ha expuesto en estas jornadas, existen recientes estudios que señalan que el organismo de las personas con el VIH “envejece antes” que el del resto de la población, lo que “incrementa el riesgo de desarrollar comorbilidades asociadas a una edad más avanzada de la que realmente tienen“.

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