El videojuego que no es cosa de niños

No es la primera vez que hablamos de las ventajas que los videojuegos tienen para los mayores, para mantenerse en forma haciendo ejercicio, para ejercitar el cerebro, su agilidad y memoria. Hasta hace poco los videojuegos que utilizados por los mayores eran los comercializados para el resto de la población –Wii Fit, Brain Training, e incluso el mismísimo Tetris.-. Sin embargo los científicos, en vista de los resultados que van constatando en sus estudios con los mayores y los videojuegos, van desarrollando productos específicos para las personas de mayor edad. Ya Dafne Bavelier, especialista en neurociencia cognitiva de la Universidad de Ginebra, ha expuesto en el último Congreso de la Sociedad Europea de Neurociencia su teoría de que los neurocientíficos desarrollen videojuegos que impulsen la función cerebral. Esta idea la ha llevado a la práctica un equipo de neurocientíficos de la Universidad de California(UCSF) (EE.UU.) especializado en el estudio de los mecanismos neuronales de la memoria, la atención y la percepción y cómo estos varían con el envejecimiento de las personas, que ha diseñado un videojuego en 3D capaz de prevenir el deterioro cognitivo de la edad, mejorando tanto la capacidad multitarea, la memoria y la atención.

El Neuroracer, que es como se llama el videojuego, ha sido desarrollado por Adam Gazzaley, Joaquín Anguera y sus colegas de los departamentos de neurología, fisiología, neurociencia integrativa y psiquiatría, cuenta con un sólido estudio y pruebas científicas que avalan su eficacia, como se publica en la prestigiosa revista científica Nature.

La clave parece estar en que este videojuego obliga a tener la atención centrada en varias cosas, es decir, un desafío de multitarea: hacer dos cosas completamente distintas a la vez. El Neuroracer lleva esto a la práctica al obligar al ‘jugador’ a conducir un coche virtual a través de un sinuoso recorrido plagado de señales de tráfico y pulsar un botón cada vez que en la pantalla vean un punto verde. El resultado de practicar esta actividad es sorprendente: mejora la neuroplasticidad cerebral, es decir, aumentan y mejoran las conexiones neuronales; de hecho se ha podido constatar a través de encefalogramas los cambios en la red neuronal, además de comprobarse una serie de cambios en la morfología del cerebro en su zona prefrontal medial y prefontal cortex.

En los ensayos realizados por el equipo de Gazzaley han participado individuos de entre 20 y 80 años. En todos ellos, independientemente de su edad, se produjeron mejoras del rendimiento. Quizá el ejemplo más llamativo es que el grupo participantes de 60 a 85 años mejoraron sus capacidades hasta el punto de superar a aquellos que, con 20 años, jugaban por primera vez. Para ello bastó con que practicasen con el Neuroracer una hora por día, tres veces a la semana durante un mes (un total de 12 horas).

Los expertos coinciden en que son necesarios realizar más estudios que confirmen los resultados obtenidos hasta ahora y que además permitan ampliarlo a otras áreas y trastornos relacionados con el control cognitivo como la depresión.

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