Conocido como ”el buque de los sueños”, el que fuera el trasatlántico más grande y lujoso del mundo, el Titanic, se hundió en su primer viaje hace ya más de un siglo. Con él, sus cerca de 3000 pasajeros que viajaban a bordo perdían a sus familiares, sus pertenencias e, incluso, su propia vida en aquella trágica noche del 10 de abril de 1912.
Desde entonces, se han escrito libros, reales y novelados, se han hecho películas, se han creado bandas sonoras con canciones famosas por ser las que supuestamente tocara la que ya ha pasado a la historia por ser la orquesta del Titanic, se han emitido documentales y se ha entrevistado a algunos supervivientes.
Ahora llega a Madrid una exposición con más de 200 objetos personales de los pasajeros que viajaban a bordo del buque naufragado. Los visitantes podrán conocer de primera mano cómo eran los camarotes, los salones, o las diferentes estancias de este histórico barco, gracias a la exposición de piezas originales y algunas recreaciones del mismo que permiten apreciar las diferencias sociales que existían entre los propios viajeros separados por ”clases” (primera clase para los más ricos, segunda clase para los de clase media y tercera clase para los más pobres), tocar con sus propias manos el frío de un iceberg o leer la carta en la que un pasajero explicaba lo maravillosa que estaba siendo la travesía y las sensaciones que estaba experimentando en el Titanic.
El Centro Cultural de la Villa, también conocido como Fernán Gómez, acoge esta muestra que permanecerá en la capital española hasta el 6 de marzo de 2016 y que estará abierto todos los días de la semana con precios especiales (entre 6 y 9 euros según el día) para los mayores de 65 años.
Es, sin duda, una fabulosa oportunidad de conocer el que fuera el trasatlántico más lujoso del mundo e imaginar como fue la estancia de sus pasajeros en él hasta el momento del hundimiento.
De momento, cerca de 2 millones de personas han visitado esta exposición en otros lugares del mundo, una maravilla desde el punto de vista del espectador ya que las recreaciones le permiten trasladarse más de cien años atrás y vivir la experiencia del Titanic en primera persona. ¡Un plan que se puede hacer solo, con amigos o en familia y que resulta la mar de entretenido!
