Como tantas otras instituciones de la Capital, el Museo Nacional del Prado de Madrid ha querido aportar su granito de arena a la visita que el Romano Pontífice realizará a la ciudad, en apenas 15 días. Coincidiendo con las JMJ, el museo madrileño presenta un programa especial, centrado en la figura de Cristo, que será de acceso gratuito para a todos los peregrinos del evento, entre el 16 y 21 de agosto, en horario de 9 a 20h horas. Durante los días 16, 17 y 18 de agosto podrá disfrutarse, además, de un horario ampliado de este “itinerario”, entre las 20.30 a 24 horas. Los peregrinos que estén interesados en esta visita deberán acceder por la Puerta de los Jerónimos, sin paso previo por taquillas. Únicamente será necesario que porten en lugar visible la acreditación (pase de peregrino), emitida por el Arzobispado de Madrid. En el caso de grupos, las entradas deberán reservarse con antelación a través de la web www.entradasprado.com, o llamando al 902 10 70 77.
‘La palabra hecha imagen. Pinturas de Cristo en el Prado’ es un itinerario creado especialmente con ocasión de las JMJ. La visita analiza algunas de las más celebradas pinturas de Cristo que se conservan el museo, enfatizando la presencia temporal de “El Descendimiento” de Caravaggio, que se exhibe estos días en la pinacoteca madrileña. Obras de Rubens, El Greco, Velázquez, Zurbarán o del maestro Maderuelo se analizarán desde la perspectiva cristiana, ayudando a los visitantes a profundizar en su sentido religioso, mientras descubren las diversas soluciones artísticas que los pintores han empleado a lo largo de los siglos para resolver problemas iconográficos específicos en este tipo de obras.
Además de durante las JMJ, el itinerario puede visitarse entre el 22 de julio y 18 de septiembre. Aunque se trata de una actividad dirigida, se puede hacer también de forma autónoma, mediante los materiales de apoyo puestos a disposición del público al efecto (folleto, guía de mano, audioguías y cartelas explicativas especiales).
Realmente, merece la pena acercarse al Prado para disfrutar de esta actividad, ya que no es muy común que se nos brinde la oportunidad de contemplar un conjunto de obras de primera línea, contextualizadas en el ámbito religioso, de una manera rigurosa y profunda.
