El enigma de Otto Dix

A partir de una obra perteneciente a las colecciones del fondo del Museo Thyssen- Bornemisza, Hugo Erfurth con perro, realizada en 1926 por Otto Dix, uno de los grandes pintores alemanes del siglo XX, la Pinacoteca madrileña ha preparado una exposición en la que se analiza el contexto en el que fue realizada, el estilo e historia del pintor y su relación con la persona retratada.

Una nueva forma de plantear una muestra, monográfica y aparentemente monotemática, pero que puede dar mucho de sí. Hugo Erfurth, persona retratada y uno de los protagonistas de esta cita cultural, era un reconocido fotógrafo de retratos y gran amigo del pintor alemán Otto Dix. Esta obra supone, por tanto, la paradoja del retratador retratado y las sinergias artísticas entre la fotografía y la pintura.

Por otra parte, se pretende descubrir al público los secretos de su pintura y de la particular técnica que utilizaba en sus obras. Dix experimentó en los estilos expresionistas, futuristas o dadaístas hasta decidirse por el realismo completamente personal. Lo logró de tal forma que se convirtió en uno de los máximos representantes de la Nueva Objetividad.

En su pintura y manera de entender el lenguaje realista rescató técnicas antiguas y de herencia germánica. Entre los géneros que más cultivo destaca el retrato, sobre todo durante el periodo de entreguerras. Concretamente, a Erfurth lo retrató por primera vez a Hugo Erfurth en 1922, volviendo a ser su modelo en varias ocasiones, como es el caso de la obra estrella de esta exposición Hugo Erfurth con perro, de 1926.

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