El cuerpo humano, un nuevo dispotivo táctil

Algunos avances tecnológicos nos dejan boquiabiertos y, aunque sólo se trate de prototipos, a menudo tenemos la impresión de encontrarnos inmersos en una película de ciencia ficción. El último de estos sorprendentes avances que nos hemos encontrado es el sistema realizado por un grupo de investigadores de los Estados Unidos que -según hemos podido leer en tendencias21.net- conseguirá que en un futuro usemos nuestra propia piel como pantalla táctil para controlar dispositivos como mp3, teléfonos e incluso ordenadores.

Se trata de un avance especialmente interesante para el público senior ya que, uno de los principales problemas que se encuentran los mayores cuando tienen que usar un dispositivo táctil, es que la poca superficie de los aparatos les dificulta mucho su manejo. Con este nuevo invento se gana mucho en navegabilidad a través de todo tipo de dispositivos que, gracias al uso de la piel humana como interfaz, podrán mostrar botones más grandes, más legibles y más claros.

A estas alturas suponemos que estaréis todos preguntándoos cómo es posible tal virguería; pues bien, el secreto está en un pequeño proyector instalado en un brazalete que tiene, además, un detector acústico integrado. El proyector emite las imágenes sobre la piel (el teclado de un teléfono, los botones de un mp3…), mientras que el detector de sonido determina sobre qué opción estás pulsando cuando tocas cierta parte de tu piel. Después, mediante tecnología inalámbrica -como Bluetooth-, este artilugio transmitiría las órdenes al dispositivo. Sin duda, este prototipo es algo más sencillo de lo que un principio parece y, de desarrollarse con éxito podría facilitarle la vida a millones de personas.

La mayor dificultad en este momento es la extrema precisión con la que hay que adaptar el brazalete para que el sensor de movimiento no se confunda, ya que el buen funcionamiento del dispositivo se mide en cuestión de milímetros. En cualquier caso, damos la más sincera enhorabuena al equipo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon y del laboratorio de Microsoft en Redmond por poner en marcha lo que puede convertirse en una brillante idea de cara al futuro.

Comentarios

Deja un comentario