Desplazamientos ecológicos

Si la semana pasada, en la sección dedicada a los viajes, os descubríamos el lujoso sueño de desplazarse en dirigibles futuristas, equipados con todo tipo de atracciones y convertidos en auténticos hoteles flotantes; hoy, en la sección de tecnología, nos acercamos a algo mucho más real: los aviones propulsados con energía solar.

La utilización del sol como fuente energía ya es una realidad en muchos aspectos, sin embargo, en el ámbito del trasporte, aunque existen prototipos, parece que la cosa no termina de cuajar. Uno de estos pioneros vehículos es la aeronave Solar Impulse que, precisamente, estos días ha estado en Madrid, de donde ha partido esta mañana con destino Rabat. El vuelo puede seguirse en directo a través de la web www.solarimpulse.com, donde también se pueden descubrir las características técnicas del que bien podría ser el avión del futuro.

El presidente del proyecto Solar Impulse -y piloto del peculiar vehículo- es, nada más y nada menos, que el mismísimo Bertrand Piccard, nieto de quien fuera el primer hombre en alcanzar la estratosfera subido en un globo aerostático con una cápsula presurizada. Parece que la pasión por elevarse se lleva en la sangre y Piccard, un hombre de 54 años comprometido con las nuevas tecnologías y con una firme conciencia ecológica- no ha escatimado tiempo en investigar y apoyar este proyecto, pionero en su especie, que considera una buena forma de reducir nuestra dependencia del combustible fósil y crear de empleo, en tiempo de crisis.

Solar Impulse, que vuela a más de 100 kilómetros por horas sin necesidad de combustible alguno, tiene como objetivo final dar la vuelta al mundo, volando tanto de día como de noche. Un sueño que está haciéndose realidad, recordándonos que la ciencia todavía nos depara miles de sorpresas y que es posible hacer de la Tierra un lugar mejor, gracias a las energías renovables y es que, como asegura Piccard, “este es un proyecto humanista más allá de lo aeronáutico“.

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