Dependientes en casa: deseo y realidad

Durante dos días (25 y 26 de junio) expertos en diferentes materias y áreas como la arquitectura, nuevas tecnologías, políticas sociales, servicios de atención domiciliaria, sanitaria y social, etc., enfocadas desde la perspectiva de la dependencia, han debatido sobre las necesidades de las personas dependientes que optan por continuar en sus hogares. El encuentro, bajo el epígrafe de “Innovaciones para vivir en casa bien” ha sido organizado por la Fundación Caser para la Dependencia y la Fundación Pilares para la Autonomía, contando además con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Federación Española de Municipios y Provincias y la Fundación Vodafone, con el objetivo de revisar y desarrollar nuevas vías y soluciones necesarias para que las personas en situación de dependencia puedan vivir de la mejor forma posible en sus hogares.

Según los datos más recientes del IMSERSO, en España hay casi un millón de personas dependientes que tienen reconocido el derecho a recibir las prestaciones contempladas por la Ley de Dependencia. De ellas, el 85% viven en su domicilio, siendo atendidas fundamentalmente por su familia, y sólo un 14% reciben un servicio de atención profesional en el domicilio y un 7% acuden a un centro diurno de atención. Esta realidad responde además a la voluntad de una parte mayoritaria de estos dependientes por permanecer en su casa; un deseo que además coincide con las recomendaciones de los organismos internacionales y las propuestas de los expertos y de la comunidad científica en materia de envejecimiento y discapacidad, ya que se considera que la provisión de los apoyos necesarios para que los dependientes puedan permanecer en sus domicilio resultan beneficiosos por tres motivos:

  1. por ofrecer a dependientes y sus familiares una atención de calidad sin perjuicio de los principios como la salvaguarda de de su autonomía personal;
  2. porque la coordinación de los sistemas de apoyo y atención integral tienen unos costes más efectivos que los prestados por las instituciones, y
  3. porque el desarrollo de estos servicios de proximidad tienen gran capacidad de generar riqueza y empleo estable y no deslocalizable.

A pesar de las consideraciones anteriores parece que los servicios profesionales domiciliarios que hoy se ofrecen no son suficientes. Sin embargo, el director general del IMSERSO, César Antón, ha afirmado en su intervención en estas jornadas, que el hecho de que la persona dependiente esté bien asistida en su domicilio es una realidad que el Ministerio no niega, sino al contrario, quiere potenciarla, velando porque esta asistencia se ajuste a criterios de calidad y aseguren el mejor tratamiento del dependiente, para lo que considera indispensable que haya una coordinación de los servicios sanitarios y sociales, algo en lo que Antón ha manifestado que se está trabajando tanto desde el Ministerio como desde las comunidades autónomas.

Otra de las cuestiones de interés abordadas en estas jornadas sobre dependencia ha llegado de la mano del subdirector de Asuntos Sociales de la FEMP, Joaquín Corcobado, y la presidenta de la Fundación Pilares, Pilar Rodríguez, que se han referido al estudio de investigación que están realizando sobre la situación actual del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), su desarrollo, el impacto de la crisis económica y los desafíos a los que se enfrenta desde la entrada en vigor de la Ley de Dependencia. Según señala el informe, el SAD ha sido “absorbido por la dependencia, dejando de dar servicio o disminuyendo la intensidad”. El estudio estará completado en octubre, y entre sus recomendaciones se encuentra la de una atención integral mediante un método desarrollado y coordinado con los servicios sociosanitarios, facilitando la atención e implicando a servicios sociales, atención primaria y salud mental.

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