“36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien” es el nombre del último libro de Leopoldo Abadía, todo un manual para superar la siempre difícil, aunque gratificante, vida familiar. El texto nos propone diversas situaciones hogareñas complicadas -de esas que todos hemos vivido alguna vez- proponiéndonos formas de resolverlas y siempre haciendo gala de un gran sentido del humor. Habla sobre la educación de los hijos, las relaciones de pareja, las peliagudas relaciones entre suegros y nueras, o entre cuñados. Es todo un tratado de sentido común, adaptado a la vida diaria. Es posible que todos hayamos pensado alguna vez en cómo conseguir que todo en una familia funcione: desde el reparto de las tareas del hogar, siempre pesadas, hasta las discusiones entre hermanos y no digamos de esas situaciones en las que nos ponen los más pequeños cuando hablan delante de los demás de lo que nos han escuchado en la comida.
El autor nos enfrenta al dilema de buscar la felicidad en las pequeñas cosas diarias y, para ello, plantea interrogantes como ¿a que le damos prioridad, a una casa ordenada o a un relativo desorden? Cuando leemos el libro nos parece que alcanzar la tan deseada “paz familiar” es sencillísimo; se debe principalmente a que la prosa del autor es fluida y el tema, en realidad es el pan nuestro de cada día. Una rutina que, sin duda, gracias a este texto puede hacerse mucho más llevadera.
El libro no ofrece sólo 36 recetas, sino alguna más, pero todas vienen estupendamente en un mundo tan cambiante como el nuestro. Es un texto para la sonrisa de la que, por desgracia, estamos tan escasos. Es un manual de uso que sirve lo mismo para padres, hijos o abuelos; en realidad, para todos aquellos que tienen una familia y la quieren, y también para aquellos que están a punto de emprender la gran aventura de formarla.
Es, a fin de cuentas, un pequeño libro que te deja un buen sabor de boca, mientras te ayuda a mejorar tu vida familiar.
