En diciembre de 2013, Cáritas, la confederación caritativa y humanitaria de la Iglesia Católica, lanzó su campaña ”Una sola familia humana, alimentos para todos” con el fin de concienciar a la sociedad e impulsar el fin del hambre en el mundo.
A día de hoy, esta campaña ha terminado y gracias a ella, Cáritas ha conseguido ayudar a dos millones de personas necesitadas. Aún así, las cifras son escalofriantes porque de cada 8 personas, una padece o ha padecido desnutrición, eso supone unos 810 millones de personas ¡no es de extrañar que el Papa hable de ”el escándalo del hambre” cuando hace referencia a este tema ya que es algo que, en pleno siglo XXI, no debería permitirse.
Por eso, la misión de Cáritas no acaba con esta campaña y sus ideales de combatir la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación tampoco. De momento, se han marcado un nuevo y ambicioso objetivo para 2025: acabar con el hambre en el mundo.
Y estamos seguros de que lo van a conseguir porque no hay nada que a esta confederación se le resista. Cáritas recibe al año unos 150 millones de euros que salen íntegramente de los bolsillos de los católicos y de muchos otros donantes, no creyentes que confían en la labor de la Iglesia de ayuda hacia los más desfavorecidos.
Ese dinero se invierte cada año en la creación de centros de reeducación para personas que están marginadas por la sociedad, en orfanatos para tantos niños del mundo sin padres ni familia que les ayuden a salir adelante, en ambulatorios, escuelas, asilos, residencias, centros de minusválidos, de transeúntes o de enfermos terminales de SIDA. También en hospitales para curar a los enfermos y en comedores para indigentes, entre otras muchas cosas. Un dinero que, por cierto, se ahorra el Estado, ese que tanto protesta porque la Iglesia Católica no paga el IBI y, sin embargo no le importa nada que los partidos políticos y sindicatos, así como embajadas y otras instituciones tampoco lo paguen pero además, no aporten nada.
Pero a Cáritas eso no le quita ni el sueño ni el ánimo, porque además de seguir reflejando sin pudor alguno los valores de la Iglesia Católica en el ámbito de la ayuda social, sigue adelante con el respaldo de sus más de 160 organizaciones nacionales, millones de voluntarios por todos los rincones del planeta, donantes, sacerdotes, monjas, misioneros y el apoyo directo de Su Santidad, el Papa Francisco.
La Iglesia Católica tiene un excelente guardián de sus principios y estamos seguros de que Cáritas, con tu ayuda, con la nuestra y con la del resto de personas que confían en ellos, sabrá mantener su espíritu de humildad y generosidad hacia los demás y seguirá atendiendo a quienes más lo necesitan. De momento, para 2025 confiamos en que consiga su objetivo de acabar con el hambre en el mundo.
Así que desde mayormente.com sólo nos queda darle la enhorabuena a todos los que hacen posible que este mundo sea un poquito mejor. ¡Enhorabuena Cáritas su duro trabajo y sus excelentes resultados!
