Dos estudios, uno inglés y otro canadiense, certifican que consumir algunas bebidas alcohólicas como el champán o el vino no hacen daño a nadie, es más, son buenas para mejorar nuestra salud y nuestro estado de ánimo.
Para los investigadores de la Universidad de Alberta en Canadá, el vino es una de las bebidas más saludables y consideran que algunos de sus componentes como son las nueces y la uva tienen un compuesto natural (resveratrol) que mejora las funciones cardíacas, musculares y óseas al igual que sucede cuando hacemos ejercicio ya que equivale a realizar entrenamientos de resistencia.
De momento los beneficios del resveratrol sólo se han probado con roedores, pero los investigadores están convencidos de que mejorará las funciones cardiacas de las personas y de ser así, lo ideal sería probarlo en personas diabéticas con insuficiencia cardiaca.
Por su parte, según un estudio realizado en la Universidad Reading de Reino Unido las personas mayores de 40 años deberían beber dos o tres copas de champagne a la semana para evitar el avance de la demencia, una enfermedad, por desgracia, bastante común en la edad madura.
Al parecer, el efecto del ácido fenólico propio de las uvas negras con las que se hace este tipo de vino espumoso, mejora la memoria y previene trastornos cerebrales como la demencia y el Alzhéimer.
Para demostrar esto, los científicos probaron también con ratas a las que ponían una pequeña dosis de esta bebida mezclada con su comida. Tras esto, hacían a las ratas correr por un laberinto y después buscar su comida. De las que no habían consumido champán, sólo un 50% encontraban su alimento, a diferencia de un 70% que sí que lo había tomado. Es decir, gracias al consumo de champán, los animales mejoraban su memoria espacial.
Después de tres semanas consumiendo champán de forma regular, pudieron comprobar que se había duplicado la concentración de proteínas necesarias para la memoria a corto plazo, un dato muy positivo para todo tipo de enfermedades de la memoria como son la demencia o el Alzheimer.
Como es lógico, vino y champán deben beberse con moderación, pero disfrutar de ellos en una comida o celebrar que nuestro corazón o nuestra cabeza funcionan perfectamente, bien merece un brindis por todo lo alto…