Anímate a dar el golpe

La Ryder Cup es un intenso torneo de golf que desde 1926 enfrenta a jugadores de ambos lados del atlántico, siendo uno de los eventos más seguidos del planeta. Pero este año la final de la 39ª edición ha sido histórica, con una épica remontada del equipo europeo, dirigido por el español Jose María Olozabal y llevado por el espíritu y el emotivo recuerdo del desaparecido Severiano Ballesteros, que le ha dado la victoria ante los estadounidenses. Todo un incentivo para dejar de disfrutar del golf televisado y lanzarnos a la práctica de este deporte que, por otro lado, es de los más beneficiosos para las personas mayores.

Tradicionalmente, las victorias de este torneo siempre habían sido americanas; sin embargo, en los últimos años se han igualado mucho las fuerzas dando lugar a un reñido combate sobre la hierba que ningún amante de este deporte deja de seguir estos días. En ocho de las últimas 12 competiciones Europa ha quedado victoriosa, demostrando que a este lado del charco cada vez se forman jugadores de más calidad.

No en vano, la práctica del golf se ha multiplicado notablemente en Europa durante las últimas décadas  y más aún en España, donde se han construido numerosos campos que, además de atraer al turismo de fuera, han impulsado la práctica de este deporte en nuestro país.

Estos días se ha estado celebrando el encuentro en el campo americano de Medinah (Illinois), lo que ha dificultado asistir en directo a los partidos que, por otro lado, se han podido seguir a través de la televisión y todos los medios digitales.

Según un estudio alemán -llevado a cabo durante la práctica en un campo de golf- este deporte mejora notablemente la salud cardiovascular y es especialmente recomendable a partir de los 40 años. Algunos de los beneficios mientras se practica incluyen la bajada de tensión, la disminución de los triglicéridos y el aumento de la frecuencia cardiaca. Por otro lado, como se desarrolla al aire libre, permite una mejor oxigenación, propicia la asimilación de la vitamina C y favorece que nos beneficiemos de los efectos antidepresivos de la luz del sol; constituyendo para muchos el ejercicio perfecto llegada la madurez.

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