La anemia se produce cuando nuestro organismo tiene deficiencia de hemoglobina, una proteína dentro de los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones hacia el resto del cuerpo. La principal causa es la falta de hierro, necesaria para que nuestro cuerpo genere hemoglobina, debido a pérdidas de sangre, fases de crecimiento acelerado en niños, en los embarazos o por una falta de hierro en la dieta alimenticia.
Si bien en muchas personas con anemia sufren de palidez excesiva, tienen sensación de cansancio y fatiga, la mayoría de las personas no tienen ningún síntoma y es probable que desconozcan que tienen esta enfermedad. Por ello, la mejor medida para prevenirla o en su caso curarse es incluir en nuestra dieta alimentos ricos en hierro, además de acudir a un especialista que considere otras medidas.
No es necesario que, si llevamos una alimentación sana y equilibrada, cambiemos de hábitos; de hecho es muy posible que estos alimentos ya formen parte de nuestros platos habitualmente, pero nunca está de más conocer cuáles son para prevenir y mejorar nuestra calidad de vida.
Alimentos con hierro; de origen animal: Carne roja, el hígado, mariscos como los calamares, almejas, langostinos, mejillones, pescados como la sardina; de origen vegetal: legumbres (garbanzos, frijoles, lentejas, soja, etc.), espinacas, acelga, brócoli, coles de Bruselas, alcachofas, frutos secos, frutas deshidratados (ciruelas, pasas, dátiles, albaricoques, etc.) y algunos cereales. Es aconsejable, además, ingerir estos alimentos acompañados de otros que contengan Vitamina C, como cítricos o zumos de frutas, ya que ayudan a que el organismo absorba mejor el hierro.
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