Cada vez más trabajadores extranjeros, tanto de dentro como de fuera de la Unión Europea, llegan a Alemania para trabajar en el área asistencial. El 60% de los cuidadores de ancianos que hay en el país germánico en la actualidad provienen de España, un 20% de Polonia y el resto de Bosnia-Herzegovina, Ucrania, Rusia, China y Filipinas.
Aún así, no son suficientes para atender a todo el mundo, ya que dos de cada tres centros dedicados a la atención a personas tienen plazas vacantes y se podrían contratar de media 4,3 trabajadores más por establecimiento.
A esto se suma que en el año 2020, según la web PortalAlemania, cerca de 3 millones y medio de alemanes necesitarán cuidados asistenciales y no hay gente suficiente para desempeñar esta tarea. La población envejece y cada vez resulta más complicado encontrar personal cualificado para realizar estas funciones.
Los obstáculos legales, la complicación a la hora de reconocer las cualificaciones y las pocas facilidades para conseguir permisos de nacionalidad, además de ser un trabajo muy duro y mal pagado hacen que Alemania tenga muy complicado cubrir las 140 mil plazas de trabajadores del sector asistencial que se prevén dentro de cinco años.
Esperemos que las cosas cambien y que nos inmigrantes de otros países tengan más oportunidades de trabajar en Alemania ya que, al parecer muestran más dedicación a su trabajo que los propios alemanes y más, cuando la causa es cuidar de los mayores.