Las tendencias en decoración van cambiando. Después de varios años en los que la sobriedad del blanco y negro ha sido la protagonista, las principales firmas de pinturas lanzan nuevas apuestas de color azul, verde, rojo, amarillo, naranja y violeta. La elección de uno u otro transformará las habitaciones de nuestra casa dándole personalidad.
Tanto es así, que algunos utilizan los colores en la cura de diferentes patologías, sobre todo psicológica y relativa al estado de ánimo, la cromoterapia. De acuerdo con esta disciplina, cada color puede producir en la persona diferentes sensaciones. Así, las distintas tonalidades de verdes consiguen crear un ambiente relajante, fresco, equilibrado y sereno, muy apropiado si queremos que los elementos decorativos cobren protagonismo en nuestro hogar.
Los tonos anaranjados, especialmente recomendados para pequeños espacios, alegran las estancias logrando provocar sensación de bienestar. Por ser un color cálido, se suele pintar con naranja aquellos rincones que se quiera que sean especialmente acogedores. En el caso de que se desee crear la sensación de frescura, propia en las casas de vacaciones o cercanas al mar, el azul es el color perfecto. Además, aportará a las estancias un aire de tranquilidad y paz.
Si hay un color que estimule nuestros sentidos, ese es el rojo. Sube la temperatura de las habitaciones y aumenta su volumen, no obstante, se recomienda para espacios grandes y, si no es así, reservarlo para los accesorios de decoración. Finalmente, el blanco ampliará y alegrará aquellas estancias en las que los utilicemos y combinado con el negro, conseguiremos dar a nuestra casa un aire de sofisticación. ¿Cuál es tu elección?
Tanto es así, que algunos utilizan los colores en la cura de diferentes patologías, sobre todo psicológica y relativa al estado de ánimo, la cromoterapia. De acuerdo con esta disciplina, cada color puede producir en la persona diferentes sensaciones. Así, las distintas tonalidades de verdes consiguen crear un ambiente relajante, fresco, equilibrado y sereno, muy apropiado si queremos que los elementos decorativos cobren protagonismo en nuestro hogar.
Los tonos anaranjados, especialmente recomendados para pequeños espacios, alegran las estancias logrando provocar sensación de bienestar. Por ser un color cálido, se suele pintar con naranja aquellos rincones que se quiera que sean especialmente acogedores. En el caso de que se desee crear la sensación de frescura, propia en las casas de vacaciones o cercanas al mar, el azul es el color perfecto. Además, aportará a las estancias un aire de tranquilidad y paz.
Si hay un color que estimule nuestros sentidos, ese es el rojo. Sube la temperatura de las habitaciones y aumenta su volumen, no obstante, se recomienda para espacios grandes y, si no es así, reservarlo para los accesorios de decoración. Finalmente, el blanco ampliará y alegrará aquellas estancias en las que los utilicemos y combinado con el negro, conseguiremos dar a nuestra casa un aire de sofisticación. ¿Cuál es tu elección?
