Divas a partir de los 50

¿Te preocupan las arrugas, las canas, la flacidez, o esos kilillos de más que se te han acumulado en zonas poco deseadas? Si te preguntas por qué llegada a los 50 no eres Isabella Rosellini, Ángela Molina, Ana Belén o Kim Basinger…aquí te damos unos consejillos para que, sin necesidad de quemar tu tarjeta de crédito, comiences a ser una diva a partir de los 50…

  1. El primero de nuestros consejos es procurar media hora al día dedicado en exclusiva al cuidado personal. ¡Prepárate un baño caliente con sales de agua y, si es posible, tu música favorita sonando de fondo!
  2. ¿Estás relajada? Bien, pues comencemos por la hidratación. El uso diario de lociones hidratantes corporales de PH neutro y mascarillas faciales sin alcohol mantendrán nuestra piel sana y joven. Pero si la hidratación externa es fundamental la interna no lo es menos, beber dos litros de agua diarios ayudará a eliminar toxinas y a tener una piel más luminosa y tersa. Para saber qué tipo de crema te conviene según el tipo de piel visita www.ciao.es
  3. El ejercicio físico libera tensiones, quema calorías y fortalece los músculos, por ello mínimo media hora al día se deberá dedicar a ejercitar nuestro cuerpo. Tienes tres opciones: un gimnasio (en el que según tus características físicas te recomendarán una tabla de ejercicios u otro), un preparador personal (la opción menos económica pero a la vez la más efectiva), o, andar media hora al día. La clave: la constancia. Además, puede aprovechar el paseo diario para ojear en los escaparates de las tiendas los colores que se llevan ésta temporada: intente adaptarlo a su estilo, reciclando modelos antiguos que vuelven a estar de moda.
  4. Las dietas milagrosas no funcionan, no nos llevemos a engaños. En los últimos años se han extendido cada vez más las llamadas “dietas a la carta”, es decir, un régimen alimenticio que combina los alimentos de acuerdo con un estudio detallado del metabolismo de cada paciente. (Más información: www.club5estrella.com).
  5. ¡Date un capricho! No hay que olvidar que para estar bien por fuera hay que adoptar una actitud positiva ante la vida. Sucumbir a un capricho, de vez en cuando, también es parte de nuestro cuidado: el de nuestro ánimo, que también se refleja en nuestra fachada.

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