En enero el Gobierno anunció el Real Decreto sobre la Acreditación de la Formación Profesional, norma que permitiría que personas (mayores de 25 años) que acreditasen una práctica en tareas de su vida diaria en el cuidado a mayores o niños pequeños, viesen su experiencia traducida en créditos que se compensen dentro de un título de FP. En definitiva, convalidad una experiencia no reglada con un título oficial de Formación Profesional.
Ahora, desde las filas del Partido Popular en el Senado se ha presentado una moción para que el Gobierno revise los contenidos formativos que deben conocer los cuidadores no profesionales para que puedan equipararse a un certificado de profesionalidad de atención a personas dependientes.
La iniciativa, que será defendida en la comisión de Sanidad y Consumo por la senadora popular por Palencia, María José de la Fuente, también propone que ajuste la formación de los cuidadores al contenido de la formación profesional asociada a las cualificaciones según el Sistema Nacional de Formación Profesional, y el reconocimiento y acreditación de la formación recibida, así como la experiencia en el cuidado para el desempeño profesional de estas tareas, además de sugerir que se articule una dotación presupuestaria para que las comunidades autónomas puedan llevar a cabo planes de formación para los cuidadores.
Según ha explicado de la Fuente, la propuesta ha tenido su origen al considerar que las épocas de crisis son una fuente de oportunidades que hay que aprovechar, por ejemplo, en el terreno de la formación derivada de la Ley de Promoción de la autonomía personal y Atención a las personas dependientes. En este sentido la senadora popular ha señalado que de esta manera, las mujeres que han sido cuidadoras familiares, una vez terminada esta dedicación, podrían acceder a un empleo, aunque haya que establecer algunas reglas y adaptarlas al sistema educativo. Toda una bolsa de futuros profesionales si se tienen presentes las cifras del Convenio Especial de Cuidadores no Profesionales, en el que figuran 69.757 mujeres y 4.034 hombres, según el Imserso, lo que pone de manifiesto la feminización del cuidado, como ocurre cuando hay que renunciar al puesto de trabajo por motivos familiares, una circunstancia que en el año 2006 afectó a mujeres en casi el 96 por ciento de los casos.
