Los alarmantes datos demográficos que, entre otras cosas, ponen en entredicho la durabilidad de los sistemas de pensiones, no se registran únicamente en nuestro país. Alemania, el gigante europeo, se encuentra en una situación muy parecida a la nuestra: el envejecimiento de su población se ha disparado de forma drástica en la última década.
A pocos meses de las elecciones Merkel ha decidido diseñar un paquete de medidas que, principalmente, están orientadas a mejorar el bienestar familiar. Entre ellas vale la pena mencionar que invertirá cerca de 20.000 millones de euros en ayudar a madres, pensionistas y personas con discapacidad laboral. Por otro lado, una partida de 7.500 millones servirá para apoyar a las familias con hijos; incrementando en 35 euros la actual ayuda de 184 euros mensuales por hijo que reciben las madres. Por último, Merkel destinará más de diez mil millones de euros aumentar y mejorar las jubilaciones para las madres de familia, así como las retribuciones de las pensiones por años dedicados a la capacitación laboral.
Se trata de medidas muy firmes ante un problema que afecta a la mayor parte de Europa y que, realmente, sólo puede solucionarse a través de un apoyo sólido del Gobierno, pero también de los medios de comunicación. Cambiar la imagen negativa de la natalidad y la vida familiar dentro de una sociedad que parece buscar por encima de todo la delectación de lo inmediato es un reto complicado para cualquier Gobierno. Medidas de este tipo son un comienzo.
Ahora sólo cabe esperar a ver si en España -el país con ayudas más bajas a la natalidad, junto con Malta y Polonia- toma nota y el Gobierno hace realidad sus promesas sobre el apoyo a las familias con hijos; algo muy necesario, sobre todo si se pretenden mejorar nuestras tasas de fertilidad.